Su reaparición en la industria del entretenimiento con el álbum “ArtPop” parece no haber recibido aún un veredicto triunfal, aunque el material da razones para el optimismo. No es que haya “algo nuevo” en Lady Gaga y en su nuevo álbum, no lo hay, como no hay nada nuevo hoy en la industria musical: el Pop ha muerto.
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Pero el optimismo viene del musculo fuerte de Lady Gaga: su arma visual. Para esterentrée la disquera ha convocado a la dupla de fotógrafos de moda Inez & Vinoodh, que posee una cultura visual y un gusto neo clásico refinado y que es responsable de llevar al gran público un cocktail visual embriagador. En la siguiente editorial para la revista V, que acompaña al lanzamiento del video clip su tema “Applause”, Lady Gaga aparece imitando a una Patty Smith (70′s), Madonna (Confession’s) y Britney Spears (Toxic). La nueva Lady Gaga sigue siendo un lollipop y un ron-con-cocacola. Sigue pecando de impetuosa y vanidadosa, pero ese pecado es su sintonía generacional, es el vinculo con una generación ligada a la temprana edad, la misma que adolece de analfabetismo visual.
El periodista Larry Womack ha presentado un interesante artículo en The Huffington Post que da luces al fenómeno que fue Lady Gaga y al futuro del pop industrial: ¿Es Lady Gaga la principal responsable del embrutecimiento de los gays en América?, ¿Están predestinados los “pequeños monstruos” – como lo estuvieron los fans de Bieber que se pasaron a escuchar a Kanye – a pasar a una música más sofisticada una vez que descubran su propio analfabetismo visual?, o se quedarán en la etapa del caramelo durante miles de años?. A estas alturas está claro que no tenemos ni queremos ninguna cura contra la adicción a lo visual de nuestro tiempo, y eso es pronóstico y respuesta a las cuestiones anteriores.
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